El sudor es un proceso fisiológico natural y necesario de nuestro cuerpo. Gracias a esta función, las glándulas sudoríparas pueden expulsar líquido y eliminar toxinas. Además, tiene una importante función: regular la temperatura corporal. De esta forma el cuerpo está equilibrado y no existen descompensaciones que puedan acarrear problemas más graves.
Sin embargo, algunas personas presentan un sudor excesivo en zonas muy localizadas, esta afección se conoce como hiperhidrosis. Desde Farmacia Viesques te contamos en qué consiste, y cuáles son los tratamientos más efectivos para frenarla.
¿Hasta qué punto es normal sudar mucho?
Lo normal es que nuestro cuerpo esté transpirando durante las 24 horas del día. El problema reside cuando la sudoración es excesiva y molesta, dificultando la vida de la persona. Pero ¿cómo saber si alguien padece hiperhidrosis? Si una persona tiene sospechas de que padece sudoración excesiva, el primer paso es analizar cuándo y con qué frecuencia aparece.
Aspectos que pueden implicar hiperhidrosis:
- Si la sudoración surge en cualquier momento del día y es molesta en muchas ocasiones.
- Si es necesario ducharse y cambiarse varias veces al día.
- Si la persona afectada necesita utilizar pañuelos, toallitas o antitranspirantes sin ningún motivo aparente (calor, ejercicio).
- Si aparecen irritación o rojeces producidas por el sudor en ropa y zapatos.
- Hiperdrosis nocturna. Las personas con este trastorno sufren un exceso de sudor durante la noche que les impide conciliar el sueño, sobre todo aparece en las plantas de los pies, las manos y las axilas.
¿Qué es la hiperhidrosis? ¿Cuáles son los síntomas?
La hiperhidrosis es una patología caracterizada por el exceso de sudoración. Las personas que padecen esta afección tienen glándulas sudoríparas hiperactivas y la sudoración es difícil de controlar. Generalmente, este problema viene acompañado de ansiedad e inseguridades que terminan afectando a la vida personal.
La sintomatología principal es una sudoración excesiva que aparece en zonas muy concretas como las axilas, las palmas de las manos o las plantas de los pies. En casos más específicos puede surgir también en la zona del torso, la espalda, el rostro o hasta en el cuero cabelludo.
Sudores repentinos: causas
El origen de esta afección se podría clasificar en dos vertientes:
1. Hiperhidrosis primaria. Suele aparecer durante la infancia y es más localizada, especialmente surge en manos y pies. A día de hoy aún no existe una causa determinada, aunque si hay evidencias de que presenta una hiperactividad simpática y exceso de respuesta sudomotora. En la adolescencia, la hiperhidrosis palmoplantar tiene relación con los diferentes cambios hormonales pudiendo desarrollar en el futuro hiperhidrosis axilar.
2. Hiperhidrosis secundaria. En este caso, comienza a manifestarse durante la adultez. Las causas son muy variadas y pueden estar relacionadas con diferentes hábitos, medicamentos o problemas como la tiroides o la menopausia y por ello es el médico quien debe diagnosticar el caso concreto para poder tratarlo.
Tratamiento farmacológico para la hiperhidrosis
En la actualidad, existen distintos tipos de tratamientos para frenar la hiperhidrosis y disminuir su aparición:
- Tratamiento tópico dermatológico. En la mayoría de casos es muy común el uso de fármacos como anticolinérgicos, preparados astringentes o curtientes. También son muy utilizados los antitranspirantes, pero en algunas personas pueden producir irritación cutánea.
- Tratamientos para los sofocos y sudoración intensa. En el caso de las mujeres, puede recetarse medicamentos como Remifemin. Un fármaco a base de plantas naturales indicado para aliviar los síntomas de la menopausia.
- Tratamiento quirúrgico. Cuando los procesos anteriores no son efectivos, muchas personas recurren a la cirugía para atajar el problema de forma definitiva. Extracción de glándulas sudoríparas, simpatectomía…
- Productos de higiene y farmacia para reducir la sudoración. Además de los tratamientos médicos, la exhaustiva higiene y el uso diario de desodorantes es fundamental para frenar tanto la sudoración como el mal olor, con fórmulas especiales de desodorantes para pieles sensibles y niños.
Consejos para prevenir el exceso de sudoración
Además de llevar a cabo un tratamiento médico, existen algunas medidas que pueden mejorar la calidad de vida de la persona afectada:
- La transpiración es fundamental. Las prendas frescas y ligeras a base de fibras sintéticas ayudan a repeler el sudor.
- En casa o en el trabajo es preferible fomentar la ventilación, manteniendo el lugar siempre fresco.
- El consumo de alcohol, de café o de alimentos picantes puede estimular la producción de sudor, es mejor evitarlos.
- Cuidar la alimentación es un aspecto clave. Vigilar la dieta y consumir comida ligera puede marcar la diferencia.
- El estrés o la ansiedad también están directamente relacionados con el exceso de sudor.
- Un buen hábito para combatir la hiperhidrosis nocturna es ducharse con agua fresca antes de acostarse. De este modo, la temperatura del cuerpo se suaviza antes de dormir.
- La higiene corporal y el uso de desodorantes también ralentiza la sudoración y el agobio que produce.