La automedicación es una práctica muy extendida entre la población española, a pesar de que los especialistas y profesionales de la salud no cesan de recomendar que no se lleve a cabo. Sin embargo, el 24% de los españoles se automedican habitualmente, pensando que ya saben qué es lo que les va a recetar el médico. Los antibióticos son uno de los fármacos que suscitan mayor riesgo si no se ingieren de manera controlada. A continuación, te contamos por qué.

¿Para qué sirven los antibióticos?

Los antibióticos son los medicamentos desarrollados para combatir las infecciones bacterianas, evitando que se reproduzcan o, directamente, erradicándolas. No obstante, es importante tener en cuenta que no todos los antibióticos tienen el mismo efecto sobre las bacterias, ya que hay algunas infecciones bacterianas para las que no es necesario o conveniente ingerir antibióticos.

De hecho, es habitual que no se receten antibióticos para determinadas patologías bacterianas, como algunas del oído. Por otro lado, cabe destacar que los antibióticos comunes no sirven para combatir infecciones víricas, como resfriados comunes, gripe, etc.

¿Qué significa un mal uso o abuso de los antibióticos?

Decidir por uno mismo cuándo tomar antibióticos y cuáles ingerir puede dar lugar a un mal uso o a un abuso de los antibióticos. Ya sea por utilizarlos cuando no se debe, por no hacerlo cuando son necesarios, o por tomar una dosis más elevada de la recomendada.

Huelga decir que, si no se toman los antibióticos cuando son necesarios, los efectos para la salud pueden ser nocivos, impidiendo una rápida recuperación del organismo. Por el contrario, tomarlos cuando no se debe o hacerlo de manera más intensiva de lo ideal es lo que conocemos como abuso de los antibióticos.

 ¿Qué pasa si se abusa de los antibióticos?

En líneas generales, abusar de los antibióticos tiene dos grandes consecuencias principales:

  • Puede generar efectos secundarios adversos, de mayor o menor gravedad en función de cada organismo.
  • Provoca una mayor resistencia de las bacterias ante los antibióticos.

¿Por qué las bacterias se vuelven resistentes a los antibióticos?

La resistencia a los antibióticos es, según la Organización Mundial de la Salud, una de las mayores amenazas para la salud mundial, el desarrollo y la seguridad. Es importante saber que la resistencia a los antibióticos puede tener un origen natural, pero el uso indebido de estos fármacos acelera mucho un proceso que, habitualmente, es más lento.

Esta resistencia se produce cuando las bacterias mutan como respuesta y mecanismo de supervivencia ante el uso de antibióticos. Es decir, la bacteria no solo continúa creciendo, sino que lo hace mitigando los efectos inhibidores de los antibióticos. Por tanto, la gravedad de la infección que provoca es más difícil de revertir.

Consecuencias del mal uso de los antibióticos

Además de la resistencia a los antibióticos que ya hemos comentado, un mal uso de este tipo de fármacos puede ocasionar efectos adversos para la salud, cuya gravedad puede variar. Estos son algunos de los más habituales:

  • Náuseas y vómitos.
  • Sarpullido y otras afecciones dérmicas.
  • Diarrea.
  • Infecciones por hongos.
  • Reacciones alérgicas más graves.

Consejos para un uso correcto de los antibióticos

El consejo más importante antes de ingerir cualquier tipo de antibiótico es acudir al médico especialista para consultar cuál es el más adecuado según la infección bacteriana que se haya desarrollado en tu organismo. De hecho, no está permitido comprar ningún antibiótico sin la correspondiente receta médica.

Se debe tomar, únicamente, el antibiótico que haya recetado el médico y en la dosis en la que lo haya indicado. Es decir, es importante no superar la dosis recomendada para no generar una sobreexposición a los antibióticos, aumentando así la capacidad de resistencia de las bacterias. Asimismo, tampoco es conveniente terminar el tratamiento antes de lo especificado, puesto que algunas bacterias podrían no haberse eliminado para entonces. Y, en caso de que finalices el tratamiento y no hayas ingerido todos los antibióticos, no los guardes para el futuro. En este caso, es preferible llevar el medicamento sobrante a la farmacia para desecharlo de manera correcta.

Por último, es importante consultar los posibles efectos secundarios de cada antibiótico, así como descartar cualquier tipo de alergia a este tipo de fármacos antes de que el especialista los recete.

¿Durante cuánto tiempo se puede estar tomando antibióticos?

Tanto la cantidad diaria de antibióticos, como su duración en el tiempo, dependen de múltiples factores. No todos los antibióticos se pueden tomar durante el mismo tiempo ni en la misma dosis. Habitualmente, la duración recomendada oscila entre 5 y 7 días, pero no siempre tiene por qué ser así. De hecho, algunos tratamientos basados en antibióticos duran únicamente 3 días.

Por otro lado, el período recomendado para cada paciente puede variar según su historial clínico o según las patologías previas que sufra. Por este motivo, es fundamental seguir siempre las instrucciones del médico especialista en lo que respecta a la toma de antibióticos. Incluso cuando uno tiene la convicción de qué antibiótico le van a recetar y en qué dosis, siempre es imprescindible contrastarlo con el médico.

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