Según un estudio elaborado por la Fundación Española de Tiroides, cerca del 10% de la población padece alguna alteración relacionada con el tiroides, aunque muchos no son conscientes de ello. Las más conocidas son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, dos patologías que, si se controlan, no tienen por qué empeorar, pero sí condicionan algunos aspectos del día a día a las personas que las sufren. En este artículo te contamos cuáles son sus principales diferencias.

Funcionamiento de la glándula tiroidea

La glándula tiroidea es una de las glándulas más importantes de nuestro organismo, pues es la encargada de controlar las hormonas tiroideas. Estas se encargan de regular la velocidad a la que se producen los procesos químicos en nuestro cuerpo; es decir, controlan el correcto funcionamiento del metabolismo.

Para ello, producen, fundamentalmente, dos tipos de hormonas: tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). La producción adecuada de cantidad de cada glándula es clave para mantener el equilibrio que necesita el metabolismo para realizar las principales funciones vitales sin alteraciones. Es especialmente importante en la época de crecimiento de los niños, y por ello, es una de las glándulas que más conviene controlar.

¿Qué es el hipotiroidismo e hipertiroidismo?

Ambas patologías se producen cuando hay un desajuste en la producción de hormonas en la glándula tiroidea. Cuando esta glándula no genera la cantidad de hormonas necesaria para el correcto funcionamiento del metabolismo, hablamos de hipotiroidismo.

Por su parte, si lo que se produce es un exceso de hormonas tiroideas que tienen como consecuencia una sobreestimulación del metabolismo, nos referimos a hipertiroidismo.

 Causas más frecuentes de hipotiroidismo

Las causas que originan cada una de las dos patologías pueden ser múltiples y variadas. En el caso del hipotiroidismo, las más habituales son:

  • Tiroiditis de Hashimoto: se trata de un trastorno autoinmune mediante el cual el sistema inmunitario ataca directamente a la glándula tiroidal, impidiendo la producción suficiente de hormonas tiroideas.
  • Tiroiditis o inflamación de la tiroides.
  • Uso de ciertos medicamentos antitiroideos.
  • Hipotiroidismo congénito.
  • Falta o exceso de yodo.
  • Cirugía del tiroides para tratar nódulos, carcinomas o similares.

Las causas más frecuentes que provocan hipertiroidismo

  • Enfermedad de Graves: este tipo de trastorno hace que los anticuerpos del sistema inmunitario estimulen en exceso la tiroides para producir mucha hormona T4.
  • Tiroiditis: la inflamación de la tiroides también puede causar una actividad excesiva de la glándula, especialmente después de pasar un embarazo o una enfermedad autoinmune.
  • Nódulos: si una parte de la glándula (adenoma) se ha desarrollado como una protuberancia que provoque un agrandamiento de la misma, puede afectar a la sobreproducción de hormona tiroidea.

Principales diferencias entre hipotiroidismo e hipertiroidismo

La diferencia más importante entre ambas patologías es el nivel de producción de las hormonas tiroideas: T3 y T4. Además de esta diferencia evidente, hay otras variaciones en lo que respecta a los síntomas y al tratamiento de cada afección.

Síntomas del hipotiroidismo e hipertiroidismo

Las reacciones que produce un exceso o un defecto de segregación hormonal provocan síntomas muy diferentes entre sí, lo que constituye una de las principales diferencias entre ambas patologías. Estos son los síntomas más habituales en pacientes que sufren hipotiroidismo:

  • Sensación de fatiga y cansancio.
  • Baja frecuencia cardíaca, lo que incrementa la sensación de frío.
  • Aumento de peso.
  • Hinchazón en la cara.
  • Sequedad capilar y dérmica.
  • Dolor articular y muscular.
  • Estreñimiento.

A continuación, resumimos los principales síntomas que suele producir el hipertiroidismo:

  • Pérdida de peso
  • Taquicardias o arritmias
  • Ansiedad y nerviosismo
  • Sudoración
  • Mayor sensibilidad al calor
  • Debilidad muscular
  • Insomnio
  • Temblores en las manos
  • Irregularidad en la menstruación

¿Cómo diagnosticar el hipotiroidismo e hipertiroidismo?

El método de diagnóstico de hipotiroidismo e hipertiroidismo también puede variar. En el primer caso, el parámetro que se suele tomar como referencia es el TSH (hormona estimulante de la tiroides). Si está alto, significa que la función tiroidea no es suficiente y que, por tanto, hay hipotiroidismo. Este hecho suele estar acompañado por un descenso de la hormona T4.

Por otro lado, para detectar el hipertiroidismo suele ser suficiente con identificar los síntomas clásicos, como el bocio, y analizar los niveles de hormonas T3 y T4. Para esclarecer esta información, es interesante realizar una gammagrafía tiroidea. Asimismo, si hay sospecha de enfermedad de Graves Basedow, el médico puede solicitar un análisis de anticuerpos positivos.

Tratamientos del hipotiroidismo e hipertiroidismo

El tratamiento que deben seguir los pacientes de hipotiroidismo e hipertiroidismo no es igual. Cabe señalar que, para el hipotiroidismo, el único tratamiento posible es ingerir hormonas tiroideas para compensar el déficit de producción. Eso sí, debe realizarse bajo supervisión médica y de manera controlada, a fin de evitar que se produzca el efecto contrario y derive en hipertiroidismo.

Pero, ¿y en el caso de esta segunda patología? Existen diversos fármacos que regulan o bloquean la producción de hormonas tiroideas. Lo importante, en cualquier caso, es acudir al especialista para identificar el problema y, en base a las características particulares, encontrar la solución más adecuada.

Asimismo, las patologías relacionadas con desajustes hormonales requieren revisiones periódicas para comprobar que no se han producido nuevos desajustes que afecten al desarrollo metabólico normal. Y, en caso de duda, puedes consultar con tu farmacéutico o médico de confianza.

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