La alopecia frontal fibrosante es una forma de alopecia cicatricial que suele afectar a mujeres a partir de la menopausia, aunque cada vez son más frecuentes los casos en mujeres pre-menopáusicas y en hombres.

Este tipo de calvicie se caracteriza por la pérdida de pelo en la zona fronto-temporal de la cabeza. Al tratarse de una forma de alopecia cicatricial, es irreversible, ya que el folículo piloso se destruye progresivamente hasta que en su lugar se forma una cicatriz y el pelo no vuelve a crecer más.

Principales causas

Aunque las causas no están del todo definidas, el origen de la alopecia frontal fibrosante viene dado por varios motivos, que pueden ser:

  • Factores genéticos y predisposición. En algunos casos, esta alopecia afecta a pacientes con susceptibilidad genética, es decir, aquellos que poseen genes implicados en esta forma de alopecia cicatricial.
  • Implicaciones hormonales. Este tipo de calvicie es más prevalente en mujeres en edades cercanas a la menopausia. ¿El motivo? Se debe a los factores hormonales implicados en este proceso fisiológico.
  • Inflamación y sistema inmunológico. El propio organismo, como forma de autodefensa, ataca al pelo produciendo una inflamación que, si no se detiene, termina por destruir el folículo piloso.

Cómo detectarla: síntomas y diagnóstico

La alopecia frontal fibrosante se caracteriza por un retroceso de la línea de implantación del cuero cabelludo. El cabello comienza a nacer más atrás, dejando una frente de mayor tamaño, tanto en la zona central como en los laterales, y perdiendo densidad capilar. Además de este síntoma, se pueden experimentar otros como:

  • Sensación de picazón y/o dolor en el nacimiento del pelo.
  • Aparición de una especie de sarpullido (o granitos) en el rostro llamado pápulas faciales, que no causan picor ni ningún tipo de molestia. Suelen mostrarse en la zona de las sienes y la piel presenta un aspecto como “empedrado”.
  • Venas de la frente marcadas de forma intensa.
  • Pérdida de vello facial y corporal de forma generalizada.

La detección precoz de esta enfermedad es esencial para evitar su progresión y mejorar su pronóstico a largo plazo. Para ello, es esencial acudir a un profesional para la correspondiente exploración mediante tricoscopia digital (microscopio digital utilizado en consulta). Asimismo, en algunos casos, puede ser necesaria la realización de un análisis histológico mediante biopsia cutánea para ver el grado de inflamación. Se trata de un procedimiento sencillo que se realiza en menos de 15 minutos con anestesia local.

Tratamientos para combatir la alopecia frontal fibrosante

Todavía no existe un tratamiento curativo frente a la alopecia frontal fibrosante, ya que es una enfermedad irreversible. No obstante, existen soluciones de farmacia que, en muchos casos, son capaces de frenar o, al menos, ralentizar su avance:

  • Calmiox. Se trata de una espuma de uso tópico indicada para el tratamiento de afecciones cutáneas específicas. Su principio activo, que suele ser un corticosteroide, ayuda a reducir la inflamación y aliviar los síntomas asociados, como picazón, enrojecimiento y descamación.

  • Minoxidil Viñas. Este medicamento está indicado para el tratamiento de la caída moderada del cabello. Minoxidil es una solución que se aplica sobre la piel del cuero cabelludo para estimular el crecimiento del cabello.

  • Normopil. Es una solución tópica para frenar la caída del cabello y estimular el crecimiento del pelo en las zonas más afectadas por la calvicie moderada (mayormente la región frontal y la coronilla).

  • Iraltone Aga PLUS. Iraltone es un complemento nutricional anticaída ideado para frenar y prevenir la caída del cabello crónica que se manifiesta de forma severa.

Además de estos tratamientos médicos, en casos seleccionados, puede usarse el láser de baja potencia como terapia física complementaria. Igualmente, el trasplante capilar también es una opción viable para recuperar el aspecto del cabello cuando la enfermedad ya ha sido controlada.

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