La salud bucal es fundamental. Cuando aparecen ciertas molestias como son las aftas en la cara interna de la boca y en la lengua, hay que ser conscientes de que se trata de un problema de salud que algunas veces puede resultar doloroso. Si bien generalmente son inofensivas y desaparecen por sí solas en unos pocos días, pueden resultar bastante dolorosas.

Estas pequeñas úlceras pueden aparecer tanto en niños como en adultos, debido a que se pueden originar tanto por contusiones y accidentes (roces con un aparato o mordeduras) como por motivos de salud.

Qué son las aftas bucales o llagas

Las aftas bucales o llagas son úlceras que se producen en la mucosa oral. Normalmente, tienen un color blanquecino rodeado de un área roja. Aunque pueden tener cierta similitud con el herpes labial, no hay que confundir ambas afecciones, ya que las llagas no son contagiosas. Suelen aparecer en la parte interna de la boca (mejillas, labios o encías) o en la lengua y, sin duda, se convierten en una auténtica molestia para quien lo padece, sobre todo con cualquier roce o la hora de comer. 

Por lo general, es un problema más frecuente entre la población de lo que se piensa; de hecho, se calcula que más de la mitad de la población ha padecido alguna llaga en algún momento de su vida, según un estudio realizado por el Seminario de Medicina y Cirugía Cutáneas.

Causas de las aftas bucales

Las causas de las aftas bucales más frecuentes son las carencias nutricionales y de vitaminas y minerales. Sin embargo, también pueden aparecer por causas hormonales, por estrés e incluso como efecto secundario de algunas medicaciones. En el caso del estrés, la aparición de llagas en más habitual en personas que lo padecen. Tampoco es extraño que aparezcan si uno se muerde sin querer, y también es frecuente que se produzcan por el roce de los aparatos, ya que sobresalen y causan un roce bastante molesto.

También, una bajada de defensas aumenta el riesgo de sufrir infecciones, lo que aumenta las probabilidades de aparición de aftas. Aunque no es muy frecuente que la alimentación esté detrás de la aparición de las aftas bucales, un déficit extremo en vitaminas B y C puede aumentar el riesgo de sufrir este tipo de heridas. Si se padece alguna enfermedad autoinmune como puede ser el caso del lupus o el pénfigo, es común la aparición de llagas en la boca.

Consejos para prevenir las llagas

Aunque no se pueden prevenir las llagas al 100%, ya que muchas veces es difícil saber cuál es la causa de su aparición, se puede tratar de reducir el riesgo de aparición manteniendo una dieta equilibrada rica en frutas y verduras y no abusar de los alimentos picantes o ácidos, así como asegurarse de tener una buena higiene oral.

Por lo general, las llagas bucales suelen desaparecer por sí mismas con el paso de los días y, normalmente, a la semana están completamente curadas. En el caso de padecer llagas con mayor impacto, la curación puede llegar a alargarse hasta seis semanas.

Tratamiento para las llagas y las heridas bucales

Una vez aparecen, aunque en ocasiones pueden desaparecer solas, existen fórmulas que ayudan a acelerar el proceso y curar las aftas. Hay varias opciones que pueden ser de utilidad para abordar este problema y facilitar la cicatrización, ya que suele ser más lenta por tratarse de una zona húmeda.

Enjuagues bucales: ayudan a aliviar el dolor de las llagas y a una curación más rápida. Además, evita que puedan aumentar de tamaño. Una de las ventajas de utilizar enjuague es que puede llegar a todos los rincones de la boca.

Solución oral de Pyralvex: alivia el dolor en casos de afecciones inflamatorias leves en la mucosa oral, como es el caso de las aftas e irritaciones causadas por dentaduras postizas y aparatos ortopédicos maxilares.

Aloclair Plus Spray: este tratamiento oral está compuesto por ácido hialurónico y aloe vera, formulado y elaborado para promover la regeneración natural de las heridas en la boca.

Oralsone AD Comprimidos: en este caso, es un medicamento con formato pastilla. Esta solución es la indicada para el alivio sintomático de llagas.

¿Cuándo debo contactar con un profesional?

Aunque lo más habitual es que las llagas desaparezcan por sí solas en unos cuantos días, existen casos en los que es necesario contactar con un profesional para descartar cualquier problema mayor que lo que una llaga puede suponer como, por ejemplo, si el tamaño de la llaga es más grande de lo habitual o si se presentan de forma recurrente una vez se ha curado la anterior. También si duran más tiempo de lo normal o si, junto con la llaga, aparecen otro tipo de síntomas como fiebre, dolor físico, entre otros.

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