Durante los meses de frío, la exposición al sol disminuye, lo cual afecta significativamente a la producción natural de vitamina D, un nutriente esencial para mantener el bienestar general. Por ello, es esencial prestar atención a nuestros niveles de vitamina D y a los síntomas que podamos experimentar.

¿Por qué es tan importante la vitamina D?

Conocida también como la «vitamina del sol», esta vitamina desempeña un papel fundamental en algunas funciones del cuerpo humano, entre ellas:

  • Fortalecimiento óseo. Facilita la absorción del calcio y el fósforo, apoyando la salud de los huesos y dientes.
  • Sistema inmunológico. Ayuda a prevenir infecciones y promueve la respuesta inmunitaria.
  • Salud muscular y cardiovascular. Participa en la contracción muscular y ayuda a mantener la salud del corazón.
  • Bienestar emocional. Contribuye a regular el estado de ánimo y puede ayudar reducir el riesgo de trastornos como la depresión estacional.

Síntomas de deficiencia de vitamina D

Muchas veces, una deficiencia de vitamina D puede pasar desapercibida, por lo que, es muy importante estar atento a algunos de los síntomas más comunes:

  • Cansancio o fatiga constante.
  • Dolor óseo y muscular.
  • Mayor frecuencia de resfriados u otras infecciones.
  • Cambios en el estado de ánimo, como tristeza o irritabilidad.
  • Debilidad muscular o calambres.

En el caso de experimentar alguno de estos síntomas durante el invierno, es recomendable acudir al médico o consultar con un profesional de la salud.

Tips para potenciar la vitamina D en invierno

Para asegurar un nivel adecuado de esta vitamina durante los meses más fríos del año, es aconsejable seguir algunas recomendaciones prácticas, como son las siguientes:

  • Exposición al sol. Siempre que sea posible, es clave dedicar unos minutos al día a salir al aire libre, especialmente, durante las horas de mayor luz solar.
  • Alimentos ricos en vitamina D. Es importante incorporar en la dieta alimentos como pescados grasos (salmón, sardinas), huevos, leche fortificada u hongos.

Asimismo, cabe la posibilidad de complementar estas recomendaciones con una suplementación adecuada que ayude a cubrir las necesidades diarias de vitamina D. Algunos ejemplos son:

  • Aquilea Vitamina D+. Formulado a base de vitamina D y presentado en un novedoso formato de comprimidos sublinguales, contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario y al buen funcionamiento de los huesos y músculos.
  • Natalben Supra. Indicado para mujeres embarazadas, este suplemento combina ácido fólico y vitamina B12, que ayudan al cuidado materno y el desarrollo del feto durante el embarazo.
  • Dcare Forte. Indicado para adultos que tienen una mayor necesidad de vitamina D3, este complemento contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario y al mantenimiento saludable de los huesos.
  • Vitade Vitamina D. Su aporte de vitamina D y acido docosahexaenoico ayuda a absorber el calcio en el intestino, al desarrollo físico y a mejorar el sistema inmunológico.

En definitiva, la vitamina D es esencial para nuestro bienestar, especialmente durante el invierno, cuando la exposición al sol es limitada. Por ello, es crucial prestar atención a la alimentación y, en caso de ser necesario, recurrir a suplementos de calidad para cuidar los niveles de este nutriente y disfrutar de una mejor salud y mayor energía.

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